La Historia de Mano de Pincel

Una noche oscura y cerca de las 10,

un evento en la casa del juez. 

Del segundo piso se escuchó ese llanto
de aquel niño que habían esperado tanto. 

¡Es un varón!, gritó alegre su padre
besando la frente de la exhausta madre. 

¨La tradicion familiar tú vas a seguir¨
pero el destino otra cosa tenía que decir,
siguió la fortuna su camino cruel,
la mano del niño era de pincel.

Una tarde de viernes, tomando aire fresco,
pincel salió al mundo, cruzó al fin el cerco. 

En la sopa de letras hundió sus pinceles
y vio el placer de colorear manteles. 

Se van a dar cuenta nuestros invitados
que el niño improvisa corseles alados. 

¨Feliz cumpleaños¨ dijo el juez amigo
¿qué habrá dentro de este moño tan prolijo? 

Quién iba a pensar, contra toda hipótesis,
que en la caja venía una prótesis.
Leía en el parque ya con 17
cuando un lepidóptero muy impertinente
lo llevó al encuentro de una enorme lente.
Pincel aun flotando en su dulce aventura
conjura un encuentro en disfraz de accidente. 

El rayo golpea al adolesente,
lo invade una extraña clase de locura
y sin prosesarlo se arranca el martillo
y estallan los rojos y los amarillos. 

Pero aquella calma fue un breve interludio,
el juez desplegó el alegato en su estudio, 

¨Pequeño incorrecto despresias mi afecto¨
con tal mala suerte que impactó al insecto. 

Pincel se tragó el derrumbe de su anelo
llevándose consigo el retrato de su abuelo
y rumiando su propio caos existencial. 

Hasta su ventana alguien envió la señal,
un grupo de hormigas con alternativas
y al sumerguir su nariz en el papel
descubrió que había cientos como él,
manos de bisturí, de calculadora, 

de pluma, de telescopio, de bandeja doradora,
¿dónde estudiar?, los puntajes, 

en la tele había reportajes, en la web había ejercicios,
parecía que se había roto por completo el malefisio. 

Juntó sus pinturas y atacó la tela
dispuesto a cambiar la historia familiar. 

A punta de tablas, de oleo y de acuarela  

Una noche clara, cerca de las 10,
era el gran evento en la casa del juez. 

Todos celebraban al nuevo graduado
también el abuelo muy bien enmarcado.